El lunes 31 de dicembre tengo un casamiento. Sí, escucharon bien. El 31. En fin, ya me quejé y dije qué barbaridad, y a quién se le ocurre y con quién voy a dejar a los chicos, etcétera, así que pasemos a la anécdota: Coni, Jere y yo en el Seven Eleven eligiendo una tarjeta para acompañar el regalo. Coni me mostraba esta de acá, la otra de más allá, y Jere también: agarra una y me dice: "Mami, qué te parece esta?". La miro: la tarjeta tenía el dibujo de una llama ardiente, un maguen david y decía "with deepest sympathy". "No, Jerito: esa es para cuando alguien se muere", le explico mientras retomo la búsqueda. Seguimos revolviendo tarjetas, pasan unos cuantos segundos y en eso Jere, saliendo del silencio pensativo en el que se había sumido, me pregunta:
-Y qué, ¿¿se la mandan hasta al cielo??
(después de mi risa-sonrisa le explico que no, que me expresé mal, que la tarjeta no es para el muerto... ¡¡¡sino para los que lo sobreviven!!!).
Hasta la próxima, y Feliz Año Nuevo para todos. De todo corazón.
muy gracioso!!! un beso grande a todos y felicidades
ResponderEliminar¿Qué es el Seven Eleven? Veo que lo mencionás mucho ¿Es un shopping?
ResponderEliminarJere está morfable. Espero que cuando vengan a la Argentina siga conservando esa frescura que tanto me gusta de los niños.
Sonia (tía y cuñada)
El seven Eleven es como una Shel, o una Esso, es principalmente una estación de servicio pero tiene "quiosquito", y lo mejor es que está abierto las 24 hs. y eso acá, que tod cierra a las cinco es como el paraíso.
ResponderEliminarCreo que Jere va a conservar esa frescura hasta cuando tenga ochenta, jajaja