Mi suegra me informó que "la señora" iba a lavar toda la ropa sucia. Que no me hiciera problema. ¿Seguro? Seguro. Pero es un montón (somos cinco). Quedate tranquila, vos dejá todo en el lavadero. ¿Pero seguro, Silvia? Seguro. Bueno, le dije.
Al día siguiente volví y tenía toda la montaña de ropa sucia ya lavada, secada, clasificada y doblada. El paraíso en la tierra.
¿Será esto motivo suficiente para cancelar mi residencia permanente en Australia, y simplemente volver?
Eso, y las medialunas de grasa.
Lo estoy pensando seriamente.
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