El otro día llegamos a la noche a lo de mi suegra, cansados y tarde, así que decidimos pedir empanadas. Delivery (qué belleza de palabra, qué idea genial, qué gran falta me hace en Australia!!!!!!!! Obvio que existe, pero es lento, caro, y escasea). Llegan las empanadas. Ponemos un par en cada plato. Jere mira las suyas. Olfatea una. Y pregunta:
-¿Y esto cómo se come?
Lo miramos atónitos.
-Jere, es una empanada, ¿te acordás? El abuelo te hizo en Australia.
-Aaaaaah, cierto... ¡pero no me acuerdo cómo se agarran para que no sea messy! (un enchastre).
Le explicamos que así no (la había empezado a comer del medio, acostadita), que la agarre vertical, pero llevó unos cuantos minutos acostumbrarlo.
En consecuencia, estamos haciendo los trámites para quitarle a Jere la ciudadanía argentina: ¿¿alguna vez se vio un argentino que no sepa cómo comer una empanada?? Lo único que falta es que no reconozca el dulce de leche. Ahí lo expatriamos, y listo.
No te preocupes Dany, ya le empezare a hacer empanadas pero con un cartel indicador de como debe usarse, por supu, mientras yo tambien coma
ResponderEliminarJuan Roitstein
Tu hijo Jere suma y suma anecodtas, me encanta el! :)
ResponderEliminarNo!!!
ResponderEliminarno perdamos a Jere, por dios!!!
el que siempre dice "quiero ir a Argentina, quiero ir a Argentina" ¡¡¡NO LO PERDAMOS!!!jaja
muchooooos besos
Tu mejor (y unica) sobrina
digo yo, y si dejamos a Jere en "AGERTINA" (como dice él) y yo me llevo a JULI... por un tiempito...?? eh???
ResponderEliminarA lo mejor JULI me empieza a sumar anécdotas al mejor estilo Jere, ja!