22 agosto 2023

Discurso por entrega de Primer Premio de la Academia Nacional de Periodismo de Argentina. Daniela Roitstein 1998.

Nada me había preparado para ganar este premio. Y todo me había preparado para ganar este premio. Tenía 29 años, había terminado la Maestría en Comunicación y Periodismo de la Universidad Hebrea de Jerusalem, y tenía una beba de seis meses. Estaba feliz, me rodeaban periodistas de gran renombre, mi respeto hacia ellos era mayúsculo. Dije esto:

    "JANETE COOKE, una periodista joven y negra de los EEUU, ganó en el año 1981 el premio Pulitzer que había recibido por una historia que había publicado en el diario Washington Post. La historia contaba acerca un pequeño de ocho años, llamado Jimmy, que era marginal, pobre, cocainómano y consumidor de heroína. Janet Cooke devolvió, meses después, el premio Pulitzer que había recibido, luego de descubrirse que la historia de Jimmy, que ella había publicado como verídica y que la había consagrada ganadora, había sido fabricada por ella; era una historia falsa.

    Se imaginarán que ni yo ni ninguno de mis colegas aquí galardonados, estamos dispuestos a devolver el premio con que nos honró la Academia Nacional de Periodismo! Pero este acontecimiento, que derivó en todo un escándalo en los Estados Unidos, y que llevo a replantear el rol del periodista, y, entre otras cosas, el tema de la objetividad en la cobertura de los medios de comunicación, el tema de las presiones laborales, de la competitividad, me hizo reflexionar sobre lo que significa recibir un premio.

        Uno siempre imagina que recibir una distinción es la coronación de todo un proceso, que es la meta final. Pero en realidad, recibir este premio es para nosotros un nuevo punto de partida. Un premio significa por sobre todas las cosas, responsabilidad. Uno siempre dice "ganar un premio", pero permítanme decir que tal vez es más adecuado decir "EJERCER UN PREMIO", porque de ahora en más lo ejerceremos en nuestras actividades futuras en la profesión.

    Yo quiero agradecer, en mi nombre y en nombre de todos los premiados, y estoy segura que de todos los concursantes también, a la Academia Nacional de Periodismo, y a los jurados de este Concurso, los Sres. BERNARDO EZEQUIEL KOREMBLIT, ANTONIO REQUENI, FRANCISCO RIZZUTO, ENRIQUE SDRECH, y a la Sra. CORA CANE, por pensar en un espacio para pensar. Porque justamente en la Argentina de hoy los periodistas viven en una especie de carrera contra el tiempo, y solo iniciativas como esta permiten detener un poco el tiempo, más no sea "virtualmente", y reflexionar sobre la tarea: algo que en la vorágine cotidiana es una misión casi imposible.

    Además de agradecerles, y más importante tal vez que eso, es asumir hoy, frente a los señores Académicos, frente al Jurado que nos eligió, un compromiso, de responsabilidad y ética profesional, comprometiéndonos hoy a no deshonrar la prestigiosa distinción con la que fuimos galardonados, y a no decepcionar a quienes dedicaron su tiempo a leer nuestras ideas.

    
    En lo personal, quiero agradecer a mi papá, por enseñarme desde siempre el sentido de la responsabilidad y el trabajo constante; a mi mamá por transmitirme día a día la sensibilidad por las letras, por la literatura; a ambos por el modelo de ética que me brindan; a mis hermanas por ser mis dos grandes compañeras; a mi esposo Sergio por ser mi fuente de inspiración constante; a todos los que influyeron en mi formación, a quienes agradezco y también admiro, y "muy especialmente" a Morfeo, dios del sueño que logró que de tanto en tanto Constanza mi beba de seis meses se durmiera y me dejara escribir.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario aquí: