10 enero 2008

Consejos frente al mar

Estamos fritos: cuarenta grados de temperatura, mañana cuarenta uno, y el calor nos está cocinando. Así que con unos amigos nos fuimos a una hora y media de Melbourne, a un lugar que se llama Anglesea. Lo que tiene de fabuloso Melbourne es que viajando muy poco tenés unas playas alucinantes en verano, viajando para el otro lado también muy poco tenés nieve, para el otro lado tenés montaña, y lo mejor de lo mejor es que gracias al sistema económico estable y bien distribuido, y gracias a que la gente tiene trabajo y gana bien, todos pueden darse algunas escapadas, no sólo unos pocos. Y así, a mi gusto, se disfruta mejor, no sé qué pensarán ustedes (y ojo que no tiene nada que ver con una "mirada comunista" sino un economía bien liberal pero que funciona). En fin. Anglesea tiene playa ancha, sin carpas como las que estamos acostumbrados en Miramar, sino que cada uno se lleva su carpita portátil y se ubica donde quiere. Familias con chicos, todos muy sunsmart, es decir: usando protector solar, gorro, remeras especiales para el agua, anteojos de sol, trajes de baño con protección solar para los rayos ultravioleta, etc. Y a barrenar las olas nomás, que es la parte más divertida. Ahora sí: hay que darles los consejos a nuestros hijos, ¿verdad? Muy bien:
-Chicos mucho cuidado en el mar que las olas tiran.
-Sí, mamá
-Y no vayan a nadar, tengan cuidado, no se vayan a lo hondo
-No, mamá
-Así que no se hagan los vivos que después sufren
-Bueno mamá
-El mar es muy muy traicionero
-Sí, mamá
-Así que se meten sólo hasta la rodilla
-.... (silencio)
-¿Está claro Coni?
-¡¡¡Sí, mamá!!!
-Ah, porque no contestaban. Sólo hasta la rodillas. ¿Está claro, Jere?
-... (silencio)
-¡Jere! ¿Está claro?
-Si... pero, mami... una preguntita...
-Decime Jere
-¿Qué parte del mar es la rodilla?
-(risa-sonrisa) No, mi amor: "se meten hasta las rodillas", hasta tu rodilla: que el agua no te llegue más que el knee.
-Ah.

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