No puedo empezar este post nuevo sin AGRADECER muchísimo todos los comentarios. De muchos iré tomando cosas para publicar nuevas entradas. Todos funcionaron de disparador y sin duda apretaron el botón de la memoria y los recuerdos. Un placer enorme. Kari, por ejemplo, firma "Kari (la que llevaba a pasear a Jere...)". Me sacó una sonrisa calentita y me vino al pelo para hablar de una anécdota -linguística, como no- de Jere. Kari y yo nos conocemos por esas circunstancias de la vida desde hace muuucho... pero nos hicimos amigas cuando su hija Yamilita y la mía Coni empezaron Sala de 2 en el Buber. Después a Coni la cambiamos de colegio, al Beth, pero Kari y yo seguimos cultivando la amistad a fuerza de cafecito tras cafecito. Cuando nació Jere los cafecitos con Kari seguían al pie de la letra. Pero sin Jere. ¿Y cómo? Bueno, yo le daba la teta y sabía que tenía por lo menos tres horas para salir. Sola. ¿Y Jere? Jere se quedaba con Rosa. Después fue Marcela. Después Gladys. Es decir, Jere se quedaba con "la chica". O "la empleada". O...Pero Kari un día me dio el ultimátum: "che, lo tenés que sacar a pasear al pobre chico", y así fue: gracias a Kari Jere empezó a salir más, a ir conmigo a tomar café, a ver vidrieras. A no quedarse tooooooooodo el tiempo con "la chica". Esto duró lo que duró, hasta que cuando Jere tenía un año y medio nos vinimos a Australia. Y ahí, de un plumazo nomás, de sopetón, nos vimos todos las caras las 24 horas. No había siquiera la oportunidad de dejar a los chicos para ir a la pelu, para ir a tomar un café, para ir al super: no lo podía dejar a Jere porque simplemente no "teníamos" chica. Empleada, muchacha, señora que limpia, nada de nada. Ay, qué momento. Me vas a tener que perdonar, mami, pero la persona que más extrañé los primeros... meses... ¡fue a Gladys! Qué manera de estar desacostumbrada. Así fue por unos dos años, creo, hasta que gracias a dios contratamos a Susana. Jeje, a no confundirse: Susana está lejos, lejíiiiiiiisimos de ser la chica como estamos acostumbrados en Argentina. Susana viene una sola vez por semana (los viernes) y limpia tres horas. Susana limpia la cocina (hornallas y mesada), los baños, pasa la aspiradora y pasa el plumero. Y punto. ¿El horno? Se cobra aparte. ¿La heladera? Idem. ¿Los vidrios? Hay empresas que lo hacen. Nada de andar pasándole cif al teléfono ni lustrar los marcos de las ventanas ni pulir las manijas de las puertas (eso es impensable). Susana es, por derecho propio, la "cleaning lady". Y punto. Y como viene una sola vez por semana, todos los viernes cuando los chicos vuelven del cole les decimos "Hoy vino Susana". Léase: noselesocurraensuciarporquenostienequedurartodalasemana. La frase la decíamos automáticamente todos los viernes y ahora ya quedó como un ritual familiar y nos reímos.
Un día Jere me empezó a contar algo diciendo: "Me lo dijo Susana". Y yo le pregunto: "¿Cuál Susana?". Y él me mira -con esos ojos color almendra de dulce de leche que tiene- y me dice: "LA LIMPIEROSA!". No les puedo explicar la asociación de ideas que su palabra me disparó. Además de una inmensa ternura por su esfuerzo por decir todo en castellano, aún lo que no sabe, me di cuenta de que la categoría de "chica, mucama, empleada..." ya no estaba. Desapareció de su vocabulario porque desapareció de su vida. El concepto de "tener chica" Jere no lo tiene. Y, sin ahondar en el tema porque se hizo largo el post y no quiero espantar a mis incipientes seguidores, sólo quiero transmitir con esta anécdota mucho más que la sonrisa que despierta: las palabras reflejan la cultura en la que se vive, a su vez que la crean. La "Gladys de acá" tiene su hermoso coche, casa propia, vacaciona en avión dos veces por año y podría seguir enumerando. En fin, creo que a todas las Gladys de allá les gustaría ser las Susanas de acá... (y aunque amo la comodidad, admito que respeto cada vez más la igualdad de oportunidades). Me voy a dormir (mañana me toca limpiar la heladera).
uy, che, que lio este de dejar comentario, me puse en anonymous porq si no me pedia mil cosas q ni idea.
ResponderEliminarDani, estoy convencida de q voy a ser una fiel seguidora de tu blog, me siento TAN reflejada (como extraño las empanadas de Mirta "mi chica")
Como siempre, me gusta tu estilo, y me gusta sentir que te escucho leyendote.
Te quiero mucho,
Rosi (ya casi con 29 - aunq no se crea-)