Estoy desesperada: se me vienen tres días feriados juntos, más sábado y domingo. Coni de 12, Jere de 8 y Henry no tiene ni 3. Si fueran más seguiditos los llevaría a todos al cine. Pero Coni ya está para las mismas que veo yo (bueno,casi) y mi única experiencia con el más chiquito en el cine fue nefasta (desde que volcó todos los pochoclos sobre la cabeza del pelado de adelante hasta que derramó el vaso de Coca sobre el abrigo de la mujer de al lado pasaron escasos veinte segundos y medio). Hace frío para el club y la sola idea de ir al shopping me da cuarenta grados de fiebre. Con lo cual lo único que me resta es rezar. En este preciso momento mi plegaria nocturna empezará así:
"Dios nuestro y de nuestos Padres, dios que estás en los cielos y en la Tierra, permite que esa llamada que estoy esperando se haga oir temprano en la mañana. Que me llame la mamá de Benjamín, de Gabriel, de Jonás o de Saúl, la de Caro, la de Geraldine, la de Tomás o la de Raúl, cualquiera lo mismo da, para invitar cordialmente a mis hijos a jugar. Dios,en tu misericordia, haz que los inviten a almorzar y a cenar, y demás está decirte que también a descansar, la noche pasar. Dios nuestro, Rey del Universo, haz que me llame la mamá de David para a Henry divertir, la de Eitán para llevarse a Jeremías a patear, la de Galit para que Coni patine feliz. O mejor, Dios mío, misericordioso y Todopoderoso, haz que me llame esa mamá que tiene ocho, para invitar a mis hijos todos juntos a un paseo por el río Mapocho, y que me los devuelva felices,comidos y listos para dormir, exhaustos, agotados, realizados y agasajados, a las diez del domingo veintitrés!!! Amén"
Bueno... Mucha suerte. Verás que un día seras recompensada, minuto a minuto...
ResponderEliminarSaludos desde mi orilla.
angel
gracias, Ängel, soy recompensada día a día
ResponderEliminarcariños