20 marzo 2012

¿Se acuerdan de Piel Naranja?

Me acaricia. Me mima. Me mira el brazo. Se queda largo rato mirando, como si me estuviera contando los lunares. Estamos acurrucados en el sillón, recién volvió del jardín y son las cinco de la tarde. Yo lo mimo, le pregunto qué hizo en la sala, si jugó con "el" David y con los chicos nuevos. Si comió la colación, si hizo gimnasia. Él contesta a medias y me sigue mirando y tocando los brazos, las manos. Algo le llama mucho -mucho- la atención. Lo veo en su expresión. En eso lo suelta:
                                                                           -Mami
                                                                           -¿Qué mi amor?
                                                                           -Los no-judíos... ¿usan pecas?


14 marzo 2012

Henry Freud

Otra vez, Henry. Estas tres anécdotas se las dedico a los psicólogos y a todos los analistas que hay en ustedes.
Tres cortitos:

-Henry, ¿quién te dio ese sobre, mi amor?
-El consergio...

(nota freudiana: mi marido se llama Sergio. Conserje, consergio, la autoridad, ¡etcétera! ¿No es un amor?)

-Henry, ¿de qué actuaste en la obra de Purim? (fiesta judía de disfraces)
-De mordeJáim...

(nota cultural: el héroe de Purim es Mordejai. ¡Pero vaya que Jaim es el nombre judío por excelencia! Así que su mente linda, inconscientemente los sintetizó. ¡La vida es más fácil con Henry!).

Henry invitó a un amiguito a jugar. Gordo. Bastante gordito. El nene seguía almorzando. Henry quería jugar a la Wii:
-Vamos, dale, vamos a jugar
-Pero esperá, mi amor, ¿no ves que tu amiguito no terminó?
-Pero... ¿hasta cuándo va a seguir almorzando este muchancho...?

(nota: el subrayado es mío. La creación, genial, de Henry).