Me acaricia. Me mima. Me mira el brazo. Se queda largo rato mirando, como si me estuviera contando los lunares. Estamos acurrucados en el sillón, recién volvió del jardín y son las cinco de la tarde. Yo lo mimo, le pregunto qué hizo en la sala, si jugó con "el" David y con los chicos nuevos. Si comió la colación, si hizo gimnasia. Él contesta a medias y me sigue mirando y tocando los brazos, las manos. Algo le llama mucho -mucho- la atención. Lo veo en su expresión. En eso lo suelta:
-Mami
-¿Qué mi amor?
-Los no-judíos... ¿usan pecas?
Nací en Argentina, migré a cuatro países, parí en tres idiomas. Viví en inglés, rezo en hebreo, pienso en español. Amo mi lengua madre por lo que es: seductora, lujosa, rica e intelectual.Y por lo que puede ser: atorrante, mundana, chabacana, popular. Este blog nació cuando vivía en Australia mientras arrullaba a mi hijo en español y alrededor todo era inglés. Ahora vivo en México, extraño el inglés, canto en hebreo y quiero aprender chino mandarín. Sueño con vivir en New York. O en Tel Aviv.
20 marzo 2012
14 marzo 2012
Henry Freud
Otra vez, Henry. Estas tres anécdotas se las dedico a los psicólogos y a todos los analistas que hay en ustedes.
Tres cortitos:
-Henry, ¿quién te dio ese sobre, mi amor?
-El consergio...
(nota freudiana: mi marido se llama Sergio. Conserje, consergio, la autoridad, ¡etcétera! ¿No es un amor?)
-Henry, ¿de qué actuaste en la obra de Purim? (fiesta judía de disfraces)
-De mordeJáim...
(nota cultural: el héroe de Purim es Mordejai. ¡Pero vaya que Jaim es el nombre judío por excelencia! Así que su mente linda, inconscientemente los sintetizó. ¡La vida es más fácil con Henry!).
Henry invitó a un amiguito a jugar. Gordo. Bastante gordito. El nene seguía almorzando. Henry quería jugar a la Wii:
-Vamos, dale, vamos a jugar
-Pero esperá, mi amor, ¿no ves que tu amiguito no terminó?
-Pero... ¿hasta cuándo va a seguir almorzando este muchancho...?
(nota: el subrayado es mío. La creación, genial, de Henry).
Tres cortitos:
-Henry, ¿quién te dio ese sobre, mi amor?
-El consergio...
(nota freudiana: mi marido se llama Sergio. Conserje, consergio, la autoridad, ¡etcétera! ¿No es un amor?)
-Henry, ¿de qué actuaste en la obra de Purim? (fiesta judía de disfraces)
-De mordeJáim...
(nota cultural: el héroe de Purim es Mordejai. ¡Pero vaya que Jaim es el nombre judío por excelencia! Así que su mente linda, inconscientemente los sintetizó. ¡La vida es más fácil con Henry!).
Henry invitó a un amiguito a jugar. Gordo. Bastante gordito. El nene seguía almorzando. Henry quería jugar a la Wii:
-Vamos, dale, vamos a jugar
-Pero esperá, mi amor, ¿no ves que tu amiguito no terminó?
-Pero... ¿hasta cuándo va a seguir almorzando este muchancho...?
(nota: el subrayado es mío. La creación, genial, de Henry).
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