Nací en Argentina, migré a cuatro países, parí en tres idiomas. Viví en inglés, rezo en hebreo, pienso en español. Amo mi lengua madre por lo que es: seductora, lujosa, rica e intelectual.Y por lo que puede ser: atorrante, mundana, chabacana, popular. Este blog nació cuando vivía en Australia mientras arrullaba a mi hijo en español y alrededor todo era inglés. Ahora vivo en México, extraño el inglés, canto en hebreo y quiero aprender chino mandarín. Sueño con vivir en New York. O en Tel Aviv.
22 febrero 2010
Saquemos una hoja
Amo los fines de febrero de todos los años de mi vida. El motivo es nimio y grandioso: las vidrieras se llenan de artículos escolares. Cuadernos, lápices, etiquetas, medias tres cuarto blancas y jumpers azules. Me da una excitación indescriptible. Camino entre los cuadernos espiralados y diccionarios oliendo su tinta nueva (y eso por lo menos desde los seis años, sino desde antes). Acaricio los guardapolvos almidonados y aspiro enajenada el olor a artículos de librería todavía sin estrenar. Siempre amé los comerciales de fin de febrero, también, por el mismo motivo (...con los zoquetes y con las medias, Ciu-da-d-e-la...). Es simple: condensan la promesa de un nuevo comienzo. Se puede volver a empezar, todo el camino está aún por recorrerse y se puede triunfar. La hoja está en blanco, qué enorme y promisorio placer.
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